Los sistemas tradicionales para videoconferencias no precisan en general unas condiciones acústicas especiales, debido a que el bajo ancho de banda para transmitir la señal de audio enmascara ciertos problemas acústicos y además, prácticamente siempre se achaca a las limitaciones del propio sistema como responsable de la baja calidad de audio.
Los reductores de eco suelen corregir de forma adecuada el un ligero exceso de reverberación, especialmente porque tradicionalmente estas videoconferencias se mantienen entre salas de dimensiones reducidas (y que rara vez exceden los 0.7 s de reverberación).
En salas de alta calidad, donde se desarrollan varias videoconferencias simultáneas, que son proyectadas de forma sincronizada en pantallas de gran formato y con varios proyectores a la vez, las cosas cambian.
Estas salas, suelen tener un gran tamaño, las audiencias suelen ser grandes, y además en algunas videoconferencias se utilizan varios idiomas, simultáneamente por lo que se debe tener especial cuidado en mantener una elevadísima inteligibilidad (bien evaluada a partir del STI o del índice C50).
Debe tenerse en cuenta que los valores de inteligibilidad correctos para entender un mensaje en el idioma nativo, pueden resultar insuficiente para muchos oyentes al escuchar un idioma, que aunque dominen, no sea el nativo.
Los usuarios de un sistema de alta calidad que reciben el sonido de un aula remota con exceso de reverberación y reflexiones con alto nivel de presión sonora que alcanzan la posición de los micrófonos de toma, describen la sensación como “escuchar al conferenciante dentro de un gran túnel metálico”.
Este efecto se debe a la acción combinada del exceso de reverberación y el efecto de “filtrado peine” que introduce la acción de los canceladores de eco, resultando una calidad sonora absolutamente inaceptable en un entorno de este tipo.
Para ello las cortinas acústicas pueden ayudar a corregir los desajustes que puedan generarse en este tipo de salas.
El diseño de espacios para dar conferencias, debe basarse en la optimización del tiempo de reverberación y del Índice de Claridad para la Palabra. El diseño óptimo de una sala para videoconferencia no se diferencia mucho del utilizado para el diseño de aulas:
• El nivel de ruido de fondo debe ser lo más bajo posible.
• El tiempo de reverberación: aunque en aulas con inteligibilidad adecuada se pueden medir reverberaciones que oscilan entre 0.5 y 1 segundo dependiendo de su volumen, para salas de videoconferencia el tiempo de reverberación en frecuencias medias nunca debería superar 0.7 s, siempre que se haya optimizado los índices de claridad en toda la sala mediante la utilización de elementos reflectores.
• El índice de claridad para la palabra debe ser mayor de 2 dB.